Sunday, April 13, 2014

El hambre hedonista (10 diciembre)

Una semana más había pasado y esta vez estaba convencida de que lo había hecho bien.
Se lo debía a mis seres queridos que están allá Arriba todos juntos velando por mí, y por ellos me animé día a día a superar cualquier obstáculo que se me presentase.
Al subirme a la báscula, ésta no me decepcionó ya que 105,4 kg es decir 2 kg menos esta semana y -7,5 kg en total.
El tema en el que toca centrarse esta semana es conocer el Hambre Hedonista, que se define como el impulso del hambre por placer y que se produce por la tentación que nos provocan ciertos alimentos, generalmente ricos en calorías, grasas y azúcares, que nos hacen sentir hambre y que es muy difícil de controlar.
Me parece un tema muy interesante a tratar por Entulína porque reconozco que son muchas las veces que hizo acto de presencia en mi vida y sobre todo por las fechas en que nos encontramos, Navidades.
Puede que en nuestro día a día, la lucha con el hambre hedonista sea una constante, al menos en mi caso sí que lo es.
Ella hará todo lo posible para que caigamos en la tentación, para que comamos ese dulce, ese chocolate, ese bombón..., para que repitamos (aunque en realidad no tengamos más hambre) ya que esa es su misión: tentarnos con la vista, el olfato y nuestros propios pensamientos (pensar en comidas apetitosas, ricas en azúcares y/o grasas) para que comamos más aunque con ello lo único que conseguimos es energía que se traduce en grasa corporal.
Si acabamos de comer un gran plato de comida y nos ponen delante nuestro postre preferido vamos sentir sensación de hambre igual que si no hubiésemos comido. Nuestro cerebro comienza a generar señales, que nos llevan a comerlo, y que son muy difíciles de ignorar.
Luchar contra el hambre hedonista, motivada por el placer que nos pueden proporcionar los alimentos, es muy difícil, sobre todo debido a nuestro entorno, que está lleno de alimentos ricos en grasas y azúcares y que son los que más nos van tentar.

 Lo único que podemos hacer es aprender a gestionar nuestro entorno, a conocer las situaciones en que somos más vulnerables y nosotros mismos crear un entorno favorable para nuestro adelgazamiento  Por ejemplo, poner aquellos alimentos que nos puedan tentar más, en lugares de difícil acceso, ir al super después de haber comido y llevar la lista de la compra y ceñirnos a ella. También debemos adquirir buenos hábitos.
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