Sunday, March 30, 2014

Ya pasaron seis meses.

Día 22 de marzo: Parece que fue ayer, pero ya pasaron nada menos que seis meses.

Todo comenzó el día que la persona más importante de mi vida, mi hijo, me comentó que este curso celebraría la fiesta de graduación, pero que le gustaría que intentase bajar de peso. Sin dudarlo, dije que sí, que para su evento yo tendría menos peso.

Varias personas de mi familia me habían dicho que tenía que bajar de peso pero no les hacía caso. Recuerdo a mi pobre tía Celia, cuando en el mes de agosto me dijo "Isabel, tes que perder peso. Si vivisen os teus pais non lles ía gustar verte así" y mi prima Rosa cada sábado al llamarme por teléfono me preguntaba si ya me había puesto a dieta y siempre le contestaba lo mismo, "no, el lunes empiezo". Pero el martes ya la dejaba.
Pero como no hay nada más fuerte que el amor de madre. Si ahora era mi propio hijo el que me lo pedía no podía decirle que no lo iba intentar.
Era consciente de que no me iba ser nada fácil puesto que en aquel momento yo tenía una terrible adicción. Era adicta al azúcar. No a las cosas dulces, sino al azúcar blanco, que consumía a cucharadas. En mi casa 1kg de azúcar no duraba ni una semana. Llevaba muchos años consumiéndolo de forma impulsiva y no podía estar sin él. Hubo momentos en que los míos llegaron a tirarlo para que no lo siguiese comiendo, pero era igual porque al día siguiente ya volvía comprarlo.
Así que lo primero que tenía que plantearme si quería perder peso era si estaba dispuesta a dejar el azúcar porque de nada valía que hiciese dieta si no lo dejaba.
El 22 de septiembre, y después de ver una actuación de La Lira en las fiestas de Cea, decidí que aquel día iba ser el último en que yo comería azúcar.

Ya pasaron seis meses, en mi casa hay azúcar y yo no lo volví probar ni siquiera con el café. Creo que puedo decir que mi adicción está superada y si mi tía, que se murió de repente justo el día de mi cumpleaños, pudiese verme hoy estaría muy contenta por haber perdido tantos kilos.

Por los que ya no están a mi lado, por Rosa, que es como mi hermana, y por mi hijo voy seguir adelante e intentar llegar al final.








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