En el IES dedicaron el mes a la alimentación sana. Se que fue casualidad, porque lo comenté con la vicedirectora, pero me ayudó muchísimo que justo al lado de la puerta donde guardo los productos de limpieza se pusiese esta frase:
Y en uno de los pasillos que tengo que limpiar también leía cada día:
Confianza en mi mismo, en mis posibilidades de adelgazar y en mis fuerzas para cumplir mi objetivo, que no era otro que perder peso era justo lo que necesitaba.
Primero pensé que podía hacerlo por mi misma. No quería ir a ningún endocrino, ni a ningún otro lugar y la disculpa que ponía era que no podía gastar dinero pero hoy pienso que era el miedo a no poder cumplir mi promesa de no consumir azúcar y fracasar.
En noviembre, después de un mes comiendo cocido y a la plancha, de beber 2l de agua cada día y lo mejor, sin probar azúcar, decidí que había llegado el momento de pedir ayuda pues aunque ya había perdido 7 kg faltaba mucho camino por andar y era muy difícil hacerlo sola.
Oyera hablar muy por encima de Entulínea, de que te permitían comer bien y, lo mejor, que no se utilizaban productos adelgazantes para estimular la pérdida de peso como en otras dietas que había hecho en otra etapa de mi vida. Pero no sabía gran cosa, por eso pensé que lo mejor era ir a una reunión e informarme.
Y fue así como el 5 de noviembre, acudí por vez primera a una reunión y conocí a Núria Román. De aquel primer día me quedé con dos cosas: que no iba hacer una dieta, sino aprender a comer de forma sana y que el cambio tiene que iniciarse cuando se está verdaderamente motivada. En mi caso la motivación era mucha pues era no fallarle a mi hijo.
Mi peso en aquella primera reunión era de112,9 kg y el martes 25 de marzo mi peso está en 92,8 kg, En 20 semanas llevo perdido 20kg y lo que es mejor comiendo mucho y bien.
Núria, quiero agradecerte todo lo el apoyo que me llevas dado desde mi primera reunión en Entulínea.

